Cuando una empieza su primera toma de contacto con el mundo astrológico, siempre (o casi siempre), inicialmente toma consciencia de cuál es su signo del zodiaco tratando de indagar en sus características o bien consultando al horóscopo. A veces, una se siente reconocida en los atributos del signo y, otras, por lo contrario, no se siente afín a él.
El signo del zodiaco ligado a nuestro día de nacimiento hace referencia a nuestro Sol en la carta natal. El Sol es una de las luminarias en la astrología, junto a la Luna, y toma una importancia vital en la lectura de nuestra carta natal ya que remite a nuestro centro y núcleo de identidad. El Sol es la parte central de nuestra personalidad y cobra vital relevancia en lo que refiere a nuestro propósito vital. El Sol nos permite conectar con las motivaciones propias que nos llevan a procesos de individualidad e integridad personal. Es el centro de nuestra identidad y, por lo tanto, está vinculado con el ego y la autoestima. Nutrir nuestro centro nos permite nutrir nuestra autoestima y no renunciar a nuestra singularidad. A través del autoconocimiento (e incluso autodescubrimiento) de nuestro Sol nos ayudará a un correcto desarrollo y satisfacción personal. Es la parte más visible de nuestro yo.
Cuando pasamos por un período por el que no conectamos con nuestro Sol, nos sentimos desmotivados y, en consecuencia, descentrados. ¿El motivo? No estamos conectando con nuestra esencia, es decir, nuestro centro y nuestras motivaciones propias. El Sol rige como planeta al signo de Leo, signo que representa la pasión, la vitalidad, la creatividad… conocer en que signo está nuestro Sol nos indicará de este modo que nos apasiona, que nos motiva,...
PERO, ¿Por qué somos más que nuestro signo del zodiaco?
Pues bien, y si te digo que el Sol según nuestro signo del zodiaco, aún y su relevancia, no representa y engloba en su totalidad nuestra psique y personalidad a nivel astrológico. El Sol, en la carta, es el director o directora que va dirigiendo el resto de departamentos (posiciones planetarias según signo y casa) que configuran nuestra carta. No todos los Aries, Tauro, Géminis, Cáncer… son prototípicos en igual medida, ¿verdad? Esto se debe a las regencias planetarias, que indican la conexión entre planetas y signos del zodiaco y que, de esta manera, tienen una vibración similar. Cuando se pregunta por el regente de alguien, se pregunta por el planeta equivalente a su Sol. Por ejemplo, el regente del signo de Aries es Marte. Si tengo el Sol en Aries y a Marte en Tauro, tratándose de dos energías que ya de por sí se diferencian por su elemento: Aries es Fuego y Tauro es Tierra. Esta posición define mi “arialidad”, que quizá no identifico de primeras con la energía marcial y de Aries. Consultar dónde tiene cada una su regente, por ejemplo Marte para Aries, nos da información sobre el “tipo de Aries” con el que vibra nuestra energía solar.
Este es el punto de partida en la carta natal, conocer cuál es tu regente planetario según tu signo y descubrir en que posición de la carta natal está para así descubrir como se matiza la energía y qué nos motiva, que forma parte también de nuestro propósito para así integrarlo y acercanos a él.
Cobran importancia también el entramado de aspectos que interconectan las diferentes posiciones planetarias. Conocer qué aspectos dinámicos están presentes, sobretodo con nuestro Sol y nuestro regente, nos ayudarán a saber que energía se activa y sacar rendimiento de ella a partir de conocerla y tomar consciencia de ella.
Otros grandes bloques relevantes son la Luna y el Ascendente, y la regencia no solamente se aplica al Sol. Cada signo tiene su regente, y si no es en referencia al Sol, se llaman dispositores. En este caso, si tengo la Luna en Géminis, si quiero tener más información de cómo vivo mi Luna (y por lo tanto mis necesidades emocionales) tendré que fijarme donde tengo a Mercurio en mi carta, por ejemplo.
En una lectura de carta natal es importante ahondar y profundizar en el entramado de posiciones planetarias para ver qué energías son predominantes en cada carta. Estas energías que cobran relevancia remiten a la activación de diferentes planetas de la carta natal que van viendo matizada su energía a través del signo en el que se encuentran y de cómo se interconectan con el resto de posiciones en la carta. A la vez, conocer en que casa están, nos indicará en que áreas de experiencia o entornos con más facilidad podremos desarrollar y sacar partido a nuestra habilidades.
Desde la astrología psicológica, la carta natal es una herramienta que permite el autoconocimiento y el autodescubrimiento. Está ligada a la transformación y al desarrollo personal, desde la capacidad de ampliar miras para conocerse a una misma desde otra perspectiva, cambia la forma de verse una misma. La carta natal no determina, es decir, no limita ni condiciona en sí, si no que permite conocer tu configuración astral para así aceptarte. Conocer tus luces y tus sombras, tus potencialidades y tus conflictos internos.
En este caso, conocer tu Sol, te permite conocer qué pide tu centro y con qué energía vibras en esencia.
